Descargas de películas, música y juegos en Suiza está permitido
Se encontró el paraíso, en contraste con las peleas por el tema de propiedad intelectual como el caso de los dispositivos móviles, tenemos también el mercado de entretenimiento, donde se busca “proteger” los materiales como canciones, películas y juegos con copyright, se libran campañas para penalizar toda copia que no haya sido pagada, sin embargo sabemos que la mayoría de personas ha realizado por lo menos una descarga de contenido protegido, por lo que los “protectores” de los derechos de autor presionaron a Suiza para penalizar estos actos.
Sin embargo no “contaron con su astucia”, y es que Suiza realizó un estudio para determinar si en verdad las “descargas” sean perjudiciales para las industrias de entretenimiento (pérdidas), llegando a la conclusión de que si es para uso personal no lo son.
Se sostiene que las descargas no son sustitutas sino complementarias para el negocio de entretenimiento, es decir que las personas que descargan no consumen menos que las que no lo hacen.
Un estudio similar en Holanda determino que justamente los que más descargan son los que más gastan en ello, por ejemplo, si se descarga juegos se busca comprar más juegos; asimismo al compartir las canciones y/o vídeos se da popularidad ya sea al cantante o película, lo que es bueno para la industria.
Además se sostiene que se debe aprovechar la tecnología para sacar beneficios de ella y no usarla para reprimir, como es el caso de algunas cuentas en donde se “filtra” el contenido por temas de derechos de autor, pues se atenta contra la privacidad del usuario y aprobar eso estaría en conflicto con otras normas.
Dejando como sugerencia que la industria de entretenimiento debe adaptarse al cambio y que Suiza no ve necesario cambiar su legislación porque no se tiene un impacto negativo con las descargas.
En resumen, se necesita encontrar un nuevo modelo de negocio para la industria de entretenimiento en lugar de aferrarse al antiguo esquema, deben adaptarse al comportamiento de sus clientes potenciales actuales y buscar su “océano azul”, decirlo suena fácil pero si en vez de centrar esfuerzos en penalizar y tratar de cambiar el comportamiento de las personas a la fuerza se preocuparan por sacar provecho de ello, tal vez llegarían más pronto.